domingo, 21 de noviembre de 2010

LA EDUCACION SEXUAL EN COLOMBIA


LA EDUCACION SEXUAL EN COLOMBIA
MARIA ANDREA MARTIN-LEYES
Pontificia Universidad Javeriana
Licenciatura en Lenguas Modernas
Interlocución y Argumentación
Estudiante

Resumen
A lo largo de la ponencia se evidencia la importancia de la educación sexual en Colombia, el proceso y los adelantos que han experimentado los proyectos al respecto en el sector educativo colombiano, y las entidades que han aportado y participado en la creación de programas que contribuyan a la implementación de este tema durante toda la formación académica de los estudiantes. Entre los proyectos más destacados se prestó especial atención al programa de Educación para la sexualidad y construcción de ciudadanía recientemente lanzado por el Ministerio de Educación y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA). Adicionalmente, se tuvieron en cuenta algunos de los estudios realizados en materia de educación sexual por entidades educativas como la Universidad de los Andes. A partir de este soporte temático se concluye resaltando la importancia de la implementación de la educación sexual en el plan de estudios, y la importancia del uso de un nuevo enfoque opuesto al tradicionalismo.

Palabras Clave
Desarrollo, educación, derechos, formación, proyecto, institución, natalidad, pedagogía, participación, sexualidad.

En Colombia, los adolescentes inician su vida sexual prematuramente. “Según los resultados de la más reciente investigación de la Universidad de los Andes, los hombres comienzan a los 13,5 años de edad y las mujeres a los 14,8 años, sin protección ni planeación”(Altablero, No.2, Marzo 2001). Esto ha llevado a embarazos no deseados, abortos y abuso sexual, lo que concierne tanto a los estudiantes como a los padres de familia y educadores.

Si bien la escuela no es la única responsable de la educación sexual (padres de familia, medios de comunicación, etc.), es claro que constituye un escenario ideal para formar a los jóvenes en una sexualidad sana y responsable. Además, “las estadísticas demuestran que hay una relación directa entre el nivel educativo y la edad de la primera relación de los jóvenes: a mayor nivel educativo más tarde es la iniciación sexual y viceversa” ”(Altablero, No.2, Marzo 2001). Por ello, es importante considerar la creación e implementación de las políticas en materia de salud y educación sexual desde una perspectiva diacrónica, que aporte una base temática para abordar la problemáticas actuales.

Durante la última década del XX, el progreso en los proyectos educación sexual estuvo, en gran manera, encuadrado por las conferencias internacionales que abordaban el tema; en 1990 se llevó a cabo la Conferencia Mundial sobre Educación para Todos donde se resaltaba la importancia del acceso a la educación con motivo de alcanzar un alto nivel de calidad, y así vencer la desigualdad y la falta de oportunidades. A nivel nacional, en los años ochenta el Ministerio de Educación Nacional lanzó el proyecto de Educación en la Población, el cual buscaba institucionalizar el tema, mediante la creación de una serie de manuales que iban dirigidos tanto a la población rural como urbana. Ya hacia los años noventa la pertinencia del estudio de la educación sexual figuraba en la constitución política, lo que permitió que el Ministerio de Educación contemplara  su estudio como parte fundamental del plan de estudios. En 1994, con la ley 115, se estipuló que el estudio de la educación sexual era obligatorio, y que dependía de las necesidades tanto del individuo como de la institución educativa. Entre 1999 y 2003, el Ministerio de Educación  presentó el proyecto de enseñanza en salud reproductiva de jóvenes para jóvenes, dando paso a la creación de políticas a nivel nacional. Actualmente, el Ministerio de Educación Nacional desarrolla el proyecto Programa de Educación para la Sexualidad y la Construcción de Ciudadanía, el cual está dirigido a la incorporación de proyectos pedagógicos en educación sexual, que a su vez sean tenidos en cuenta en la formación de los docentes.

No obstante, a pesar de los varios intentos por cambiar la visión de la sociedad respecto a la sexualidad, la educación sexual todavía carece de efectividad; lo cual, en mi opinión, responde al carácter limitante de los métodos de enseñanza. Generalmente, siempre que se habla de educación sexual se piensa en prevención contra los embarazos no deseados, planificación, y un detallada lista de numerosas enfermedades sexuales, “Están dando clases de anatomía y la sexualidad es otra cosa” como afirmó Leonardo Montenegro, Antropólogo de La Fundación Latinoamericana para el avance y la ciencia. Las cifras también son contundentes a la hora de confirmar la poca efectividad de los métodos de capacitación: En el 2007 Gabriel Ojeda, director de investigaciones de Profamilia, afirmó que una de cada cinco adolescentes está en embarazo o es madre, lo cual cambia radicalmente su papel en la sociedad.

Por otro lado, con el tema de abuso sexual, la carencia de una educación sexual que propenda por la promoción del conocimiento y el respeto por el cuerpo, ha tenido un impacto considerable: Según las estadísticas obtenidas por el proyecto “Félix y Susana” implementado por la Fundación Suramericana, en Latinoamérica, ocho de cada diez niños que fue víctima de abuso, no denunció, ni tenía claro que había sucedido. Particularmente, el hecho de no promover la autovaloración y el conocimiento de sí mismos a temprana edad, no permite que los niños estén capacidad de hacer saber a los adultos acerca del abuso. A este respecto, el programa Educación para la sexualidad y construcción de ciudadanía recientemente lanzado por el Ministerio de Educación y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), arroja una luz sobre los procesos educativos en materia de salud reproductiva; su propuesta parte del abandono del tradicional concepto de sexualidad, vinculado a una dimensión enteramente biológica que la mayor parte del tiempo hacía énfasis  en los peligros de las enfermedades de trasmisión sexual. En contraposición, esta propuesta ve la sexualidad como un agente transformador en las relaciones interpersonales, que se estructura a partir del contexto y que puede ser comprendida e internalizada, a través de la captación de niños y niñas de todas las edades, que sean conscientes de su papel activo en el acogimiento de sus derechos. El eje de este proyecto se constituye con base en cuatro conceptos: el ser humano, el género, la sexualidad y la ciudadanía. Esto  con el fin de informar a los estudiantes acerca del valor de su cuerpo, el respeto para con los otros, y  particularmente, con el fin de capacitar a los jóvenes para la toma de decisiones responsables con respecto a su vida sexual.

La implementación de la educación sexual en los colegios, más específicamente, su incorporación en el plan de estudios, sería un gran avance para la prevención de muchas de las problemáticas que aquejan a la juventud colombiana hoy en día. En este orden, deseo presentar tres argumentos a favor de la implementación de la educación sexual en las instituciones educativas:

1.     Si la educación sexual se incorpora en el plan de estudios, con la misma intensidad horaria que materias como matemáticas o biología, los estudiantes estarían en la capacidad de acoger la temática como parte de la cotidianidad y se rompería con los numerosos tabúes que impiden el desarrollo de la consciencia sexual.
2.    Del mismo modo, la incorporación de la temática en el plan de estudios generaría un espacio de socialización, que propendería por la participación activa de los jóvenes en el proceso. Por ende, se generaría confianza en los estudiantes, quienes estarían dispuestos a compartir sus vivencias, y contribuir la formación mutua.
3.    Por último, si se abandona el concepto tradicional de la educación sexual, enfocado primordialmente a los riesgos de la misma, y se optase por un enfoque que presente la sexualidad en todas sus dimensiones y extensión,  se observaría una gran disminución en las cifras de embarazos no deseados y abortos, en la medida en que los estudiantes estarían en la capacidad decidir sobre su propio cuerpo y comprenderían las implicaciones de la decisiones irresponsables a lo largo de la vida.

Conclusión y recomendaciones.
 A pesar de la buena voluntad del Ministerio de Educación nacional por capacitar a la población estudiantil en materia de educación sexual, en la mayoría de los casos estos proyectos se han quedado en el papel, y las cifras de embarazos no deseados y abortos continúan aumentando alarmantemente. Probablemente, si se tuvieran en cuenta las necesidades de la juventud, y factores como la desigualdad, y la falta de oportunidades educativas para grandes porciones de la población, tales proyectos contribuirían al desarrollo colectivo de una juventud autónoma y responsable en la toma de decisiones. Mi recomendación es que aquellos proyectos prometedores, se extiendan por toda la nación colombiana, y que informen a todos sobre la importancia de una educación sexual con conciencia, para que no se sigan trayendo niños al mundo a sufrir de hambre, abuso y desigualdad, a razón de la descomposición de la esfera social.




Bibliografía

-       Martín Buriticá, Jairo Enrique. (ago. 2007). La educación sexual en Colombia: un aporte para su reflexión. En: Reflexiones teológicas la Revista de Estudiantes de Teología No. 1, p. 77-84.
-       Guerrero González, Pedro Gabriel. (mar. 1998). Pasado, presente y futuro de la educación sexual en Colombia. En: Revista Colombiana de Psiquiatría Vol. 27 (No. 4), p. 303-314.
-       Pinilla Monroy, German. (Ene-Jun. 1996). Tendencias y retos de la educación sexual en Colombia. En: Revista del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario Vol. 89 (No. 571, 571), p. 102-105.
-       http://www.caracol.com.co/nota.aspx?id=637851

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